Pablo estaba cansado de ser el que menos tardaba en la peluquería de cada uno de los platós y sesiones de fotos. Miraba al resto y quería ser como ellos; quería poder echarse gomina Giorgi y que no se le quedara la piel de la calva como si se acabara de pinchar bótox. Estaba cansado de tener que embadurnarse todo el cráneo con polvos translúcidos por los focos. Y así, infinitos chistes sobre calvos... Pero ya no más.
Pablo nos ha demostrado que los sueños se cumplen. Nos ha demostrado que la paradoja del Ave Fénix, aquel que resurgía de sus cenizas, puede ser realidad. Y no solo por Rosito, que después de incinerado siguió dando guerra. No. También por su pelo.
"Hago un vídeo y os lo digo ya... Sí, voy a hacerme un trasplante capilar", ha anunciado en uno de los Stories de Instagram. Y, claro, los comentarios no han tardado en ir surgiendo... Enfado, ira y decepción por parte de sus seguidores.
El propio Pablo ha compartido el mensaje que le ha enviado este seguidor que, muy indignado, anuncia que le deja de seguir con un contundente mensaje: "Tú eras mi calvo". Porque sí, Pablo hizo de la alopecia todo un orgullo y míralo. Traidor. "Me has decepcionado, la verdad. Eras un ejemplo como calvo", concluye su carta el usuario.
A esto, Pablo ha querido contestar con otro vídeo, ya a las puertas de la clínica en la que se va a realizar el injerto: "A tiempo de raparme siempre estoy". Pero esa no es la solución, Pablo. A nosotros nos gustas así, suavecito y adorable. No te nos hagas un Albert Rivera, por favor.
