Si vives en un piso que te vendieron como "acogedor y hogareño" cuando en realidad querían decir "sin luz y más pequeño que la casa de Pin y Pon", quizás ver estas imágenes te provoquen un poco de urticaria y unas ganas locas de echar abajo tus paredes a cabezazo limpio.
Pero nuestro deber es informar, y aquí no somos para nada (nada, nada) envidiosos. Y es que Nagore Robles se mudó el pasado mes de enero a un nuevo pisito y no nos había mostrado con exactitud cada uno de los rincones de su casa. Hasta ahora.
"Por fin os puedo enseñar mi espacio favorito de la casa", ha escrito acompañando las imágenes. Y, también te digo, normal que sea su espacio favorito. He visto casas completas que son más pequeñas.
Aunque aquí mucho postureo, mucho de todo, pero al final tener una cocina de ese tamaño tiene también su lado negativo. Y con esto no nos referimos al clásico "hay mucho que limpiar" que diría tu madre. Porque, obviamente, si tienes ese pedazo de choza también** te puedes permitir a un chacho que te venga a limpiar** una vez por semana.
Es muy poco práctica. Más que nada porque casi necesitas una cinta mecánica que te lleve desde la nevera hasta el horno, y otra desde el horno al fregadero. Eso sí, tanta caminata también tiene su lado positivo: después de quemar tantas calorías, te metes un costillar entre pecho y espalda con mucha menos carga de conciencia.
Aquí, viendo cuánto le queda al pollo a la Pantoja.
Como ella misma cuenta, ha apostado por combinar dos colores en la cocina. Con encimera blanca de cuarzo, grifo extraíble y todos los electrodomésticos integrados. Y con más espacio para almacenar que las estanterías del Mercadona.
¿Envidia? Ninguna. Porque desde hace tiempo tenemos asumido que, si pisamos alguna vez una cocina así, es para ir a limpiarla.
Imágenes | @nagore_robles