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Me he leído la primera columna de Stella del Carmen en Vanity Fair para comprobar si la hija de Banderas es la nueva Anne Hathaway de este 'El diablo se viste de Zara'

Me he leído la primera columna de Stella del Carmen en Vanity Fair para comprobar si la hija de Banderas es la nueva Anne Hathaway de este 'El diablo se viste de Zara'
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Que el periodismo tenga más demanda que la taza de 'La Bella y la Bestia' del Primark, parece no ser una preocupación para las revistas. Y es que donde se ponga un hijo/a de famoso... ¡No hay años de carrera y másters que valgan! Así, se ha estrenado Stella del Carmen en Vanity Fair como columnista. Lo intentó con Poprosa, pero ya estaba yo...

Stella del Carmen Banderas ha firmado su primer artículo en el que comenta lo difícil que ha sido para ella que dos culturas compartieran su custodia identitaria: por un lado ese 'del Carmen' en honor a la virgen de Málaga, esa que anda sobre las aguas y que tantos devotos tiene, su padre el primero; por otro, el 'Stella', de Los Ángeles, con el que identifica su vida con Melanie y sus compras en Macy's.

 

La niña de los ojos de Antonio Banderas ha hecho hincapié en Málaga (olé tú, Stella) y el olor a incienso de sus calles en Semana Santa (casi una extremidad más del actor de Hollywood). Un olor que sintió hasta en las perfumerías de L.A, tal y como dice en la columna, aunque yo creo que se refería al 'Natura' o cualquier otra tienda en la que venden cepillos de dientes de bambú.

 

Lograr el equilibrio entre las dos culturas y los dos idiomas se convirtió para mí en fuente de ansiedad, culpa y vergüenza

Stella Stella del Carmen emocionada junto a su padre, llorando a moco tendido viendo pasar al Cristo del Cautivo en Málaga. Imagen de G Tres

Así, Stella ha narrado 'el mono' de España que tenía. No desarrollar su castellano, su cultura, no echarse la siesta, pronunciar 'paela' en vez de 'paella', entre otras cosas, se le ha hecho cuesta arriba, como las de San Francisco. Ahora, habla con pasión de lo apasionados que somos en este país. Tiene este espacio escrito para poder desarrollarse como española y poder dejar atrás las sandalias con calcetines blancos, ¡ole tú Stella y viva la virgen del Carmen!

Vía | Vanity Fair

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