La pequeña Irene tendrá que bajar al barro. Acostumbrada a disfrutar de servicio en casa, del chófer de doña Cristina y de los infinitos lujos que tiene garantizados gracias a su apellido, la pequeña Urdangarina vivirá ahora una realidad paralela. Durante algunos meses, tendrá que limpiar, hacer camas y hasta servir mesas. Sí, ella, la hija de la infanta, estará obligada a poner manteles y servir el vino a quien se lo pida.
Y no, no se trata de un castigo impuesto por su madre. Irene comienza ahora sus estudios de Dirección Hotelera en una prestigiosa escuela privada situada en Ginebra. Se trata de la École Hôtelière de Lausanne y está considerara una de las universidades más prestigiosas en su sector. Al parecer, la joven ya está matriculada y comenzará las clases el 20 de septiembre.
Los estudios en tan aclamado centro rondan los 140.000 euros en total, pero el aprendizaje promete ser completo. No regalan títulos ni aprobados, aquí hay que currar y conocer cada actividad del sector hotelero. Precisamente por eso, Irene tendrá que hacer practicas atendiendo a clientes, cambiando sábanas y hasta detrás del mostrador de recepción, tal y como publica Semana.
Irene Urdangarin - Gtres
Es posible que no haga los váteres, pero quién sabe, puede que Irene se convierta en una crack con la escobilla. En su casa jamás ha tenido que agachar el lomo y siempre ha tenido más de lo necesario, pero ahora no podrá librarse de las tareas más odiadas por el resto de mortales. Tendrá que trabajarse el graduado y su apellido no le servirá como excusa.
Fotos: Gtres