Juan Carlos I y Felipe VI, separados para evitar el terremoto: coinciden en España y no hay encuentro

Don Juan Carlos y Felipe VI - Gtres
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La relación entre padre e hijo no es ni mucho menos idílica. Cuando Juan Carlos se vio obligado a abandonar España, la fractura entre ambos se hizo más grande de lo que ya era. Hasta entonces había cierta sintonía, pero los escándalos protagonizados por el emérito salpicaron de tal forma a Felipe que nada se pudo hacer para salvar el vínculo familiar. Sin quererlo, Juancar dañó al heredero, a la corona y a la futura reina, su nieta.

Por aquel entonces nada funcionaba como ahora. El rey hacía y deshacía a su antojo. Estaba protegido por una sociedad benevolente y desconocedora. Los periodistas no informaban de ciertos asuntos, el gobierno soportaba los comportamientos de Juan Carlos y hasta la propia Sofía, esposa y mártir, mantenía su silencio mientras pasaba las noches entre lágrimas.

Pero todo estalló. Las aventuras carnales de Juan Carlos fueron aireadas y, junto a ellas, un mogollón de tejemanejes económicos cuya legalidad se ha puesto entredicho. Ahora, el emértido vive en Abu Dabi pero está desesperado por regresar. Lleva tres años en el exilio y extraña a sus amigos, a su familia y, en especial, al velero en el que tanto disfrutó junto a Pedro Campos.

Esta misma semana, Juan Carlos aterrizará en Galicia para ponerse al mando del Bribón, tal y como publica Informalia. Su queridísimo amigo, Pedro, ya le espera con los brazos abiertos. Juntos, sacarán a navegar el barco en el que tan felices fueron. Felipe, mientras tanto, estará navegando a miles de kilómetros de su padre. Concretamente, se subirá en Palma de Mallorca al Aifos, el barco de la Armada donde compite el jefe del Estado en la Copa del Rey de Vela.

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Padre e hijo, separados pero unidos por un inmenso mar. Pisarán el mismo suelo, suelo español, pero no coincidirán en espacio ni tiempo. Al parecer, no hay encuentro programado entre ambos. Y sí, llama la atención que padre e hijo no deseen abrazarse tras meses alejados, pero en la Familia Real todo funcionaa de otro modo. Lo que importa es la institución, la apariencia. El resto, es secundario.

Fotos: GTRES

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