"Puedes comerme lo que quieras": el calentón de Cristina Porta y Luca Onestini en 'Secret Story: la casa de los secretos'

"Puedes comerme lo que quieras": el calentón de Cristina Porta y Luca Onestini en 'Secret Story: la casa de los secretos'
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La cosa se está poniendo intensita entre Cristina Porta y Luca Onestini. Cuando parecía que la relación se había estancado, Luca ha manifestado su incontrolable deseo sexual por la periodista. El muchacho está como don Juan Carlos en sus años mozos: más salido que la punta de un paraguas. Ante semejante cambio por parte del italiano, Cristina Porta se ha visto obligaba a tomar medidas.

Para sorpresa de todos, Luca Onestini ha despertado del trance en el que parecía inmerso durante todo el concurso. Cristina se ha tirado tres meses acariciando al italiano, colándose en su cama y escribiendo cartitas de amor. Está colgada por Luca y hasta ahora, ha sido él quien ponía el freno argumentando haber sufrido una terrible ruptura hace pocos meses.

Luca Onestini y Cristina Porta Luca Onestini quiere jaleíto con Cristina Porta - Secret Story

Nadie creyó el hermano de Gianmarco. No entendíamos por qué no se dejaba llevar por su instinto más primario y se lanzaba a comerle el morro a Porta, pero se acabó la espera. Luca ha tardado tres meses en tener un gesto de pasión con su chica pero finalmente ha reaccionado. Durante las últimas horas, Onestini parece un orangután en celo.

Pese a la insistencia de italiano, Cristina ha dejado clarinete que no piensa hacer 'tucu-tucu' en el reality: "No me voy a comer una galleta porque si abro una caja de galletas pierdo el control y ya me quiero comer la caja entera. Si me como una galleta me como la caja entera, por eso no como la primera", asegura.

Luca Onestini y Cristina Porta Luca Onestini y Cristina Porta se dan amor en los sofás de Secret Story

Sin embago, Luca continua pico y pala para conseguir un poco de roce con su chica. "Puedes comerme lo que quieras", le ha dicho mientras se acercaba sigiloso hacia su rostro. Pero de eso nada, monada. Cristina no quiere dar el paso por miedo a sacar la tigresa que lleva dentro.

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